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Venezuela: Misión Milagro: La Promesa Rota de un sistema de salud en crisis deficiente y precario

 


 

Caracas, Venezuela – 8 de junio de 2025 – La Misión Milagro, el programa insignia del gobierno venezolano para combatir la ceguera, se enfrenta a una dura realidad: su promesa de atención médica gratuita y oportuna para las cataratas se ha convertido en una pesadilla para miles de venezolanos. En lugar de devolver la luz, el programa ha sumido a muchos en un prolongado y doloroso peregrinaje a través de un sistema de salud desgastado y desprovisto de recursos.

 

La historia de Santiago, un vigilante de 55 años de los Valles del Tuy, encarna la lucha silenciosa de muchos. Su voz, cargada de desesperación, describe el comienzo de su calvario: “Todo empezó cuando mi vista se nubló. Veía como a través de una ventana empañada... tenía miedo de que un carro me atropellara”. Durante seis largos meses, Santiago recorrió hospitales y Centros de Diagnóstico Integral (CDI), enfrentándose a la desalentadora realidad de la falta de especialistas, la escasez de equipos e insumos médicos, y la suspensión frecuente de servicios esenciales. Finalmente, tras una larga odisea, fue operado, pero su batalla no ha terminado. Ahora necesita una simple limpieza de sus lentes intraoculares, un procedimiento que no encuentra disponible en la mayoría de los centros de salud.

 

La investigación periodística de Crónica Uno revela un panorama desolador. Misión Milagro, una iniciativa conjunta con Cuba, se planteó como la solución para devolver la vista a millones, pero la realidad es diferente. El equipo de Crónica Uno recorrió hospitales y CDI de Caracas, encontrando un sistema colapsado, con servicios de oftalmología escasos o completamente inexistentes.

 

El recién inaugurado Hospital de Misiones de Nueva Generación Hugo Chávez, por ejemplo, representa la ironía de la situación: a pesar de ser un centro médico moderno, su servicio de oftalmología permanece inactivo debido a la falta de personal y equipos. En otros hospitales, como el Dr. Jesús Yerena de Lídice, la escasez de recursos es tan aguda que solo se otorgan 40 citas diarias de oftalmología, obligando a los pacientes a largas esperas bajo el sol. Incluso en los centros históricamente asociados con Misión Milagro, como el CDI Che Guevara en Pinto Salinas, la situación es crítica. La falta de personal –con oftalmólogos que se habrían marchado a Cuba– y equipos dañados impiden la realización de cirugías y tratamientos.

 

Pero la crisis no se limita a la atención médica. El acceso a lentes intraoculares, esenciales para la cirugía de cataratas, se ha convertido en un nuevo obstáculo. Estos lentes, con un costo que supera los $100, son un lujo inalcanzable para muchos. Zaida, una mujer de 62 años que necesita una cirugía de cataratas, comparte su frustración al buscar los lentes específicos que requiere, encontrándose con la escasez en las farmacias y con precios exorbitantes en el mercado negro.

 

La ausencia de datos oficiales actualizados sobre la prevalencia de ceguera por cataratas en Venezuela, con la última estadística del Ministerio de Salud datando de 2009, dificulta la comprensión completa del problema. Mientras la Organización Mundial de la Salud estima que 100 millones de casos de ceguera son prevenibles, la realidad en Venezuela muestra una enorme brecha entre las promesas de Misión Milagro y la cruda experiencia de quienes buscan atención oftalmológica. El testimonio de Santiago y la investigación de Crónica Uno revelan un sistema de salud en crisis, donde la falta de recursos, personal y organización ponen en grave riesgo la visión de miles de venezolanos, dejando un futuro incierto para pacientes como Santiago y Zaida, sumidos en la oscuridad de la ceguera.

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