Venezuela: Niña de un año muere tras ser anestesiada para extraer una liga de su nariz

 

 

Un profundo dolor embarga a la comunidad de Tucacas, estado Falcón, Venezuela, tras la trágica muerte de Ashly Flores, una niña de tan solo un año y nueve meses de edad. El deceso de la pequeña, ocurrido el martes 10 de junio, ha conmocionado a la nación y generado un intenso debate sobre la seguridad en los procedimientos médicos, especialmente en aquellos que involucran a niños pequeños.

 

Según relatos de sus familiares, los padres de Ashly, Alba Alvarado y Gabriel Flores, llevaron a su hija al Centro Médico J.J. Davalillo ante la imposibilidad de extraer una pequeña liga que la niña se había introducido en la nariz. La situación, aparentemente sencilla, tomó un giro fatal.

 

Al llegar al centro médico, la otorrinolaringóloga Nataly Torrealba y la anestesióloga Michelle Goitía decidieron realizar el procedimiento bajo anestesia general, decisión que, según comunicaron a los padres, se tomó debido a la intranquilidad de la pequeña y la dificultad para realizar la extracción sin sedación.

 

Sin embargo, poco después de la intervención, Ashly fue declarada muerta, un desenlace que ha sumido a sus padres en una profunda pena y desatado la ira de la comunidad. Las imágenes de la pequeña Ashly, una niña descrita por sus familiares como alegre y llena de vida, ahora acompañan las protestas de los vecinos de Tucacas quienes exigen justicia y una investigación exhaustiva de lo sucedido.

 

"Queremos justicia para nuestra bebé", clama Gabriel Flores, el padre de Ashly, quien junto a su esposa, Alba Alvarado, ha iniciado una campaña para esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de su hija. Ambos han expresado su incredulidad y dolor ante lo sucedido, cuestionando el protocolo médico seguido y la idoneidad de la decisión de aplicar anestesia general en un procedimiento aparentemente menor.

 

La familia Flores Alvarado ha anunciado su intención de emprender acciones legales contra el Centro Médico J.J. Davalillo y el personal médico involucrado, reclamando responsabilidades por la trágica pérdida de su hija. La indignación se ha extendido rápidamente a través de las redes sociales, donde numerosos usuarios expresan su solidaridad con la familia y exigen un cambio en las prácticas médicas para evitar tragedias similares en el futuro.

 

Hasta el momento, las autoridades sanitarias locales no han emitido un comunicado oficial sobre el caso, lo que ha generado aún mayor preocupación entre la población. La falta de transparencia ha alimentado las especulaciones y las crecientes demandas de una investigación independiente y transparente que arroje luz sobre las causas de la muerte de Ashly Flores y determine las posibles responsabilidades. Mientras tanto, la pequeña Ashly descansa en paz, dejando tras de sí un vacío irreparable en el corazón de su familia y una comunidad que clama por justicia y un futuro más seguro para los niños de Venezuela. La historia de Ashly sirve como un crudo recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la atención médica segura y responsable.