¡Celos infernales en Japón! Novia le corta el dedo a su novio para evitar boda.

Una escalofriante historia de celos desatados llega desde Japón. Una joven de 23 años, desempleada y residente de Osaka, enfrenta cargos por agresión luego de un ataque brutal contra su novio. La mujer, identificada como Saki Sato, presuntamente le cercenó el dedo anular izquierdo a su pareja, de 21 años, utilizando un hacha. Pero eso no fue todo: la agresión también incluyó heridas con tijeras en uno de sus pezones.

 

El suceso salió a la luz gracias a reportes de la cadena de televisión NTV y otros medios locales. Según la versión del joven agredido, Sato lo atacó porque sospechaba que le era infiel. Su macabra intención, según él, era impedir que se casara con otra persona.

 

Sin embargo, Sato niega rotundamente las acusaciones y afirma que su novio se autoinfligió las heridas. Esta versión contrasta fuertemente con el relato de la víctima y con las evidencias encontradas por las autoridades.

 

La relación de ambos, que comenzó hace dos años a través de las redes sociales, venía presentando problemas desde hace tiempo. De hecho, la policía ya había acudido en cuatro ocasiones a su domicilio por disputas entre la pareja. Un hecho particularmente relevante se registró en enero: Sato alertó a las autoridades asegurando que su novio se había vuelto violento tras una discusión. Al llegar al lugar, los oficiales encontraron el dedo anular cercenado, conservado en un líquido dentro del refrigerador.

 

A la extraña escena se suma el hallazgo de la libreta bancaria y el teléfono del joven en la caja fuerte de Sato. Los detalles hacen pensar en un plan premeditado y en un intento de control y posesión total por parte de la acusada.

 

Sato ahora enfrenta tres cargos por agresión, y la investigación policial continúa para esclarecer completamente los hechos. Este caso no solo ilustra la violencia extrema que puede surgir de los celos, sino que también pone de manifiesto la necesidad de prestar mayor atención a las señales de alerta en relaciones conflictivas y buscar ayuda antes de que la situación se torne irreversible. El incidente ha generado conmoción en el país nipón y ha abierto un debate sobre la violencia de género y la necesidad de reforzar las medidas de protección para las víctimas.